martes, 5 de julio de 2011


Tengo miedo que al volver, ya no desees esperarme. Que un silencio de mi parte resulte en una zanja abrupta entre ambos.
El principio indiferente de un final inminente.
Que un motivo silencioso mío; para no alterarte, para no molestarte, ni dejarte en vela. Resulte en malentendido.
Y termine en tragedia.
Y termine. Tragedia.
Ya no podría besarte, ni rodear con mis brazos tu cuello.  lamentaría algunos segundos la idea de tu indiferente rencor hacia mí. recapacitaría y comenzaría a ahogarme.
Tengo miedo de que un día no quieras esperar a que yo vuelva. Por tener y ser siempre el último que de los sucesos se entera. Por estar físicamente a distancia kilométrica pese a que te tengo en mente, consciente o inconscientemente; con lluvia o sin ella, amanezca o anochezca. Será que tengo miedo de mi propio miedo. De no cumplir la expectativa el día que te presentes, de ser aún más pequeña de lo que imaginas, de no ser suficiente.
O tal vez tengo miedo; de no saber a qué temerle.
Como esa sensación que atormenta mi mente, corazón y cuerpo cuando dices "nos vemos el martes a las 9 am" y son las 3 o las 7 y de la tarde y tu no llegas... y no llegas... Y temo que algo terrible en el mundo suceda. Perderte.
Que te hieran. O que alguien cercano a ti se lastime.
Y me da miedo que todo termine.
Y peor aún! que sin ti, todo deba empezar de nuevo.

30/junio/2011
jueves

No hay comentarios:

Publicar un comentario